top of page
  • Foto del escritorJoséAntonio CalcañoYoung

1- Tao Te Ching. Introducción. El libro del camino.


NOTA: Toda esta categoría, la he obtenido de la nueva versión en inglés del Tao Te Ching del autor Stephen Mitchell y la traduzco al castellano, ya que para mi es la mejor versión y mejor interpretación, que hasta hoy 13/5/2022 he tenido la fortuna de leer y buscar sumergirme en estas enseñanzas. Lamentablemente esta versión no la he conseguido en español.

Tao Te King, PUEDE TRADUCIRSE como El Libro del Camino o El Libro del Camino y Cómo se Manifiesta en el Mundo, o simplemente El Libro del Camino. Como ya es conocido por su título en chino, lo he dejado así.

En lo que se refiere a Lao Tse, su autor, hay muy poco que decir. Quizás fuera contemporáneo con Confucio (551-479 a. C.) y que ocupara la posición de archivero real en alguno de los diminutos reinos de la época. La información que nos ha llegado de él hasta esta época, es dudosa, poco confiable.

Incluso el significado de su nombre es incierto (la interpretación más aceptable es la de «Anciano Maestro» o, más pintorescamente, «Muchacho Viejo»). Al igual que leñador iroqués, Lao Tse no dejó huellas.

Todo cuanto dejó fue su libro: un manual clásico en el arte de vivir. Una de las maravillas de este mundo, hasta nuestros días y con un inmenso futuro para la humanidad, de paso escrito con un estilo y la lucidez de una gema, radiante, lleno de gracia, humor y dotado de profunda sabiduría e inmenso corazón.

Por lo general las personas creen o piensan que el Lao Tse era un ermitaño, alguien que abandono la sociedad que vivía serenamente en alguna cabaña de las montañas, solitario excepto cuando algún ocasional bromista llegaba a preguntarle: «¿Cuál es el significado de la vida?».

Pero está claro en sus enseñanzas que él se interesaba profundamente por la sociedad, si sociedad significa que ella busca el bienestar de nuestros semejantes.

Su libro es, entre otras cosas, un tratado sobre el arte de gobernar sea un país o un niño.

Un mal entendido puede surgir de su insistencia en wei wu wei, literalmente “hacer no-hacer”» cosa que se ha -visto- como pasividad. Nada hay más lejos de la verdad.

Un buen atleta puede entrar en un estado de conciencia corporal en el cual el golpe apropiado o el momento apropiado suceden por sí mismos, sin esfuerzo y sin interferencia de la voluntad consciente.

Este es un paradigma para la no acción: la más pura y efectiva forma de acción.

Es el juego que juega el juego; el poema que escribe el poema; no nos es posible el bailarín del baile en otras palabras, no podríamos separar danza y danzante.

Menos y menos necesitas tu forzar las cosas,

hasta finalmente arribar a la no acción.

Cuando nada se hace

nada se deja incompleto

Nada se deja

«Nada se hace», porque el hacedor ha desaparecido totalmente en lo que hace; el combustible se ha transformado completamente en la llama.

Esta «nada» es de hecho, todo.

Esto es lo que sucede cuando confiamos en la inteligencia del universo, de la misma manera que un atleta o un bailarín confían en la inteligencia superior de su cuerpo.

De allí el énfasis de e Lao Tse en la suavidad.

Suavidad, significando lo opuesto a rigidez y es sinónimo junto con flexibilidad, adaptabilidad y durabilidad.

Quien haya visto a un maestro de tai ch’i o de ai-kido –hacer - no-hacer» sabrá cuán poderosa es esta suavidad.

La figura central la obra de Lao Tse es un hombre o una mujer cuya vida está en perfecta armonía con el modo en que son las cosas.

Esto no es una idea; es realidad; yo lo he visto.

El Maestro lo es porque ha alcanzado maestría sobre la naturaleza; no en el sentido de haberla conquistado, sino en convertirse él mismo en naturaleza.

Al rendirse al Tao, dejando ir, abandonando todos los conceptos, juicios y deseos, la mente crece naturalmente compasiva.

Ella, la mente, encuentra su propia experiencia las verdades esenciales del arte de vivir, lo cual es paradójico solamente en la superficie

Entre más verdaderamente y realmente seamos solitarios s más compasivos podemos ser; cuanto más dejamos ir y nos desapegamos de aquello que amamos, en más presente se convierte nuestro amor; cuanto más clara es nuestra percepción yendo más allá de lo que está más allá, del bien y del mal, con mayor plenitud encarnamos. Hasta, finalmente, el ella, la mente puede afirmar con toda humildad, “Yo soy Tao, la Verdad, la Vida”

La enseñanza del Tao Te Ching es moral en el sentido más profundo.

Libre de cargas, de responsabilidades, de cualquier concepto de pecado, el Maestro no ve en el mal una fuerza a resistir, sino simplemente ve una opacidad, un estado de auto absorción, inarmónico con el proceso universal, así que, igual que a una ventana sucia, que obstruye el paso de la luz.

Esta libertad sobre y alejada de todas las categorías morales permite al maestro, ser auténticamente compasivo con los torcidos y egoístas.

Así, el Maestro esta disponible a toda persona

Y no rechaza a ninguna.

Está listo para utilizar todas las situaciones

no desperdicia nada.

Esto es llamado encamar la luz.


¿Qué es un buen hombre sino maestro de un mal hombre?

¿Qué es un mal hombre sino la tarea de un hombre bueno?

Si NO comprendes esto, te perderás,

por inteligente que seas.

Este es el gran secreto.


El lector notará que en muchos pasajes donde Lao Tse describe al maestro, yo he utilizado el pronombre “ella” tanto como el pronombre él. El idioma chino, no hace diferencia, en otros idiomas, como el nuestro y el inglés, si, de allí, que hay que escoger. De paso Maestro, puede ser hombre o una mujer.

Como método: Yo, he trabajado a partir de la versión literal de Paul Carus, que aporta equivalentes ingleses (a menudo muy pintorescos) a lo largo de cada ideograma chino.

He consultado, docenas de otras traducciones al inglés, desde el al alemán y desde el francés.

Pero la preparación más esencial para mi tarea han sido mis largos catorce años de entrenamiento zen, que me ha puesto cara a cara con Lao Tse y con sus verdaderos discípulos y herederos: los tempranos maestros zen chinos.

Con la gran poesía, la traducción libre suele ser la más fiel.

Según el Dr. Johnson, “Hemos de probar su efecto, como un poema en nuestro idioma, esta es la forma de juzgar el merito de la traducción

Yo, con frecuencia, he sido he sido bastante literal, tan literal cómo uno puede serlo con tan sutil y caleidoscópico libro, como lo es el Tao Te Ching.

Pero también he parafraseado, expandido, encogido, , interpretado, trabajado con el texto, jugado con él, hasta que se convirtió, en encarnado, en un lenguaje que para mí sentí genuino.

Si bien, no siempre traduje las palabras de Lao Tse, mi intención ha sido siempre traducir su mente, su pensamiento.

5 visualizaciones0 comentarios

Comments


No hay etiquetas aún.
bottom of page